Más evidencia apuntan al daño que producen los alimentos ultraprocesados
Las personas que consumen gran cantidad de alimentos ultraprocesados son más propensas a desarrollar enfermedad cardíaca y morir precozmente que las que prefieren los productos más naturales, de acuerdo con dos estudios.
Los alimentos ultraprocesados son ricos en azúcar, grasa y calorías vacías. Consumirlos en exceso en el largo plazo eleva el riesgo de padecer problemas de salud que favorecen las cardiopatías o la mortalidad temprana.
Dos estudios publicados en The BMJ aportan nuevas evidencias de sus riesgos. Uno asoció que el consumo de más de cuatro porciones diarias de ultraprocesados elevaba un 62% el riesgo de muerte prematura.
El segundo estudio determinó un 10% más de riesgos de desarrollar enfermedades cardiovasculares por cada 10 puntos porcentuales más de ultraprocesados presentes en la alimentación.
"En la sociedad moderna, el entorno alimentario lo domina la disponibilidad de productos ultraprocesados que se comercializan", dijo Mark Lawrence, profesor de la Universidad Deakin, en Australia, y autor de un editorial sobre ambos estudios.
"Es difícil evitar esas presiones sociales para consumir ultraprocesados", agregó.
Ningún estudio se diseñó para saber si o cómo los ultraprocesados causan enfermedades o muerte prematura.
El estudio sobre los ultraprocesados y la mortalidad se hizo con una encuesta realizada cada dos años, entre 1999 y el 2014, en la cual participaron unas 20.000 personas, en su mayoría de 20-91 años.
Los que más ultraprocesados consumían (+5 porciones por día) también eran más propensos a ser obesos, fumadores, consumir snacks, mirar TV muchas horas y a tener cáncer, diabetes, hipertensión, colesterol alto y depresión.
Ambos estudios confiaron en lo que los pacientes recordaban que habían comido, lo que no es confiable. Además, la pobreza o la limitación en la educación formal habrían favorecido de manera independiente a la aparición de la enfermedad cardíaca y la muerte prematura.
Aun así, el equipo consejo evitar o reducir el consumo excesivo de alimentos procesados.